La idea
más valiosa que rescato de esta primera parte es la distinción entre examinar y
evaluar, que yo siempre usé como sinónimos. Ligado a esto, la diferencia entre
poner una nota (un número) y considerar otros aspectos de la enseñanza. No
tener claro esas distinciones siempre me trajo problemas como alumno y como
docente, porque decimos (y me dijeron) que se valora la creatividad, la
participación e interacción, indagar más allá de lo que indica el programa
formal, lograr un pensamiento de orden superior, etc.; pero terminamos tomando
un examen cerrado y sumativo, y todo lo demás que era tan importante, “no
sirve” para aprobar la materia (me ha pasado que algunos alumnos reclamen que se valore
todo eso a través de una “nota de concepto”).
El
resultado es el que señala Brown en su trabajo: los alumnos saben que la creatividad no será tenida en
cuenta.
Transmitir
ese doble mensaje de no valorar todo lo que se dice valorar, siempre me pareció
injusto y deshonesto. Una “solución” que vislumbro, es tener en claro que una
cosa es la nota para calificar (mal o bien) si el alumno “sabe” el contenido;
mientras que lo demás sirve para evaluar el aprendizaje y mejorar la enseñanza
(además de ser formativo, más allá de la cursada/aprobación de la materia en
sí). Y que esa distinción tendría que se explícita hacia los alumnos.
Una
percepción que tenía y que ahora confirmo por las lecturas y comentarios de
algunos colegas, es que las TIC se utilizan en gran parte para reforzar el
modelo tradicional; sólo que abriendo más posibilidades de acceder a la
información, y para acelerar actividades convencionales y administrativas.
Pero
el aporte más novedoso y exclusivo de las TIC, es su capacidad de fomentar la
interacción. Esta característica por el momento no estaría siendo tan
aprovechada. Los enfoques señalados por Lipsman me aportaron ideas útiles sobre actividades que se pueden hacer para explotar
las TICS en este sentido.
Entiendo
que los docentes en general no realizamos una evaluación del aprendizaje, sino
que sólo examinamos poniendo notas. Tampoco sentí como estudiante que alguien
evaluara mi aprendizaje. Habrá varias razones, pero la de fondo es cultural.
Considero que este problema no tiene que ver con las TIC sino que es anterior.
Con las TIC retomamos el tema y nos damos cuenta de las posibilidades que
ofrecen, pero no es una cuestión de las TIC en sí mismas.
También
me gustaron las reflexiones sobre la tendencia a pensar que porque la
información esté presentada bajo una determinada tecnología, la enseñanza y el aprendizaje serán superiores con dicha tecnología. Rescato la frase de Brown
sobre la educación televisiva y su promesa de ofrecer “contenidos perfectos en
todo momento”. Algo similar ocurrió cuando surgieron internet y los materiales
presentados en soportes electrónicos y/o en línea: por alguna cuestión
psicológica, pareciera que fueran “superiores”.
Hola Eduardo, cuando leo las reflexiones de muchos de los colegas que participan en el curso, me alegra el no estar sola en estos sentimientos sobre la evaluación.
ResponderEliminarHace tiempo que me cuestiono el tema de la “nota”. Esa nota muchas veces no refleja el camino que recorrió ese alumno para aprender.
En Nivel Medio, algunos profesores, tratamos de solucionar este problema con la nota de seguimiento o concepto, pero obviamente en la Facultad esto no existe.
Patricia
Sí, algún alumno del CBC alguna vez me preguntó por qué no ponía nota de concepto por "todo su esfuerzo realizado". El tema de la nota numérica es un problema, quizá no tanto en los extremos (notas muy buenas o muy malas) sino en los grises. Quizá fomentando cuestiones que tengan que ver con el recorrido del alumno, este se lleve algo que reconozca como útil, independientemente de haber aprobado o no con una nota. Saludos, Eduardo
EliminarHola Eduardo, coincido en tu apreciación sobre las TIC, que se utilizan en gran parte para reforzar el modelo tradicional, dejando de lado su capacidad de fomentar la interacción... Pero también creo que la capacidad de fomentar el intercambio y la colaboración tiene que ser parte de una decisión en primer lugar de quienes generan la propuesta educativa, y los criterios que usen para "calificar" los procesos realizados. Saludos, Laura C
ResponderEliminarHola Laura, por supuesto, somos los docentes quienes tenemos que fomentar la interacción. Pienso que se refuerza el modelo tradicional porque en principio uno hace lo que ya sabe hacer, y de a poco va cambiando. Yo, por ejemplo, hoy no sabría proponer una propuesta educativa fuera de ese modelo tradicional, aunque confío en poder hacer algún aporte no tan ambicioso con mis alumnos. Creo que en definitiva es lo que estamos haciendo todos. Saludos, Eduardo
EliminarHola Eduardo: Rescato este comentario: "Una percepción que tenía y que ahora confirmo por las lecturas y comentarios de algunos colegas, es que las TIC se utilizan en gran parte para reforzar el modelo tradicional; sólo que abriendo más posibilidades de acceder a la información, y para acelerar actividades convencionales y administrativas". Es similar a una de las reflexiones que hice en mis 5 preguntas donde planteo (aunque lo llevo a la educación y a la evaluación en general sin hacer hincapié en lo tecnológico) que me da la impresión de que por incorporar las TICs ya nos creemos "re innovadores" y hasta que punto no estaremos haciendo lo mismo que en el aula y pienso que uno de los ejemplos más clásicos que deben suceder es la evaluación automática.
ResponderEliminarUn saludo!